Este programa surgió a partir del reconocimiento de las amenazas que afronta la especie y de evidenciar la baja oferta de cavidades naturales. Esta situación se incrementa por los requerimientos tan específicos de nidación en palmas de cera ({Ceroxylon quindiuense}), la cual se encuentra también en peligro de extinción debido al despojo de la cobertura vegetal original para la ganadería y a la extracción de su cogollo para la cerebración de Semana Santa en diferentes zonas del país donde se encuentra.
Teniendo en cuenta estos factores de riesgo y los requerimientos de nidación previamente identificados se instalaron 42 nidos artificiales, a alturas entre los 10 y 20 metros en palmas de cera vivas en borde de bosque y potreros entre 2500 y 2950 m.
Tres años de intenso trabajo que incluye elaboración, instalación, monitoreo, reparación y mantenimiento a los nidos artificiales han dado su fruto. Durante una revisión de rutina en febrero del año en curso, se reporto la ocupación de un nido artificial por una pareja del {{Loro Orejiamarillo (}}{Ognorhynchus icterotis}) en etapa de incubación y con un ayudante “helper” presumiblemente un individuo de la temporada reproductiva pasada que ayuda en el cuidado de sus hermanos. Este nido se ha monitoreado desde el momento en que se reportó con dos huevos y a la fecha lo habitan dos crías de cuatro semanas de edad. Adicionalmente se registraron 4 nidos artificiales con indicios de exploración a juzgar por la presencia de plumas del {{Loro Orejiamarillo}} ({Ognorhynchus icterotis}).
Se espera que para la próxima temporada reproductiva el número de nidos artificiales ocupados por el Loro Orejiamarillo ({Ognorhynchus icterotis}) incremente como esta sucediendo con la {{Cotorra Aliazul}} ({Hapalopsittaca fuertesi)}, el {{Perico Paramuno}}{ (Leptosittaca branickii)} y el {{Periquito Aliamarillo}} ({Pyrhura calliptera)-}