Fundación ProAves – por la conservación en el país de las aves

Protección para la selva en Serranía de las Quinchas

10 mayo, 2011

Martes 11 de agosto de 2009.

Son 700 millas a lo largo de la cuenca del río Magdalena, que alguna vez fueron la alfombra de un exuberante bosque tropical, de tierras bajas rodeadas por las poderosas Cordilleras Central y Oriental. Esta selva aislada ha sido un crisol de razas biológicas, la influencia de la flora y la fauna de regiones vecinas como el Amazonas, ha dado lugar a un rico conjunto de biodiversidad con una excepcional variedad de flora y fauna endémicas y propias de esta zona, como el Paujil de Pico Azul Crax alberti y el Magdalena Mono Araña Ateles hybridus especies críticamente amenazadas. Trágicamente, la colonización intensiva sigue aumentando, lo que ha llevado a la eliminación de casi diez millones de acres para la cría de ganado, plantaciones ilegales y otras actividades, mientras que muchas de las especies endémicas están ahora en peligro crítico de extinción.

La Serranía de las Quinchas, se encuentra ubicada en el límite de los departamentos de Boyacá y Santander y situada a sólo 85 millas al norte de la capital, Bogotá, representa una de las últimas oportunidades para proteger un área crítica de la selva húmeda tropical del valle del río Magdalena. En 2003, la primera fase del proyecto, ProAves adquirió una serie de propiedades para la consolidación de 1.488 hectáreas como resultado final, conformando de esta forma la Reserva Natural de las Aves El Paujil – la primera área protegida de bosque tropical de tierras bajas del Magdalena.

Hectáreas de selva adquiridas en La Serranía de las Quinchas para expandir La Reserva Natural de Las Aves El Paujil.

El sitio fue declarado una Alianza para la Cero Extinción (AZE), en 2005, de igual forma y gracias a los estudios realizados por ProAves se evidenció la presencia de una población biológicamente viable del Paujil de Pico Azul, así mismo, ProAves paralelamente inició un programa de investigación de especies amenazadas con la participación de las comunidades locales, en programas de desarrollo sostenible y actividades de divulgación en torno a la reserva. Sin embargo, los bosques que rodean la reserva son desmontados para la extracción ilegal de madera, establecimiento de plantaciones ilícitas y los pastizales para pastoreo de ganado vacuno.

Desde 2008, ProAves ha venido trabajando fuertemente de la mano con American Bird Conservancy y World Land Trust para adquirir y proteger las propiedades de los madereros que rodean la reserva, y de esta forma garantizar la supervivencia a perpetuidad de las especies y poblaciones más amenazadas en este importante ecosistema. Estamos muy satisfechos con la adquisición, en los últimos meses, de seis propiedades estratégicas y privadas, un total de 1.318 hectáreas, que pertenecían a los taladores de la región y que hacen parte de nuestra intención de conservación a perpetuidad.

La ampliación de la reserva incluye más de 400 hectáreas de pastizales que requieren de reforestación, así como algunos bosques primarios intactos que sobreviven en el valle del río Magdalena. Con tres guardias forestales y el Director quienes son apoyados directamente por BirdLife International, La Reserva el Paujil cuenta en estos momentos con una extensión de 2.806 hectáreas, protegiendo a perpetuidad aproximadamente más de 100 parejas del Paujil de Pico Azul, cuyas poblaciones se encuentran en peligro crítico, así mismo esta importante reserva protege una de las poblaciones viables de especies amenazadas como el Mono araña, Jaguar, Oso anteojos y la extremadamente rara y enigmática Danta de Magdalena Tapirus terrestres columbianus.

Sin embargo y debido a lo anterior, sigue siendo fundamental continuar con la adquisición de propiedades privadas alrededor de la Reserva como principal herramienta de conservación a perpetuidad y controlada. Las tasas de deforestación actuales arrojan cifras alarmantes debido a que aún siguen siendo muy altas 6,8% por año y, como si fuera poco, incluye a algunas de las especies de árboles amenazados propios de los bosques húmedos tropicales del Valle del Río Magdalena.

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