Elkin Mauricio Berrio nació en el municipio de San Luis en el oriente del departamento de Antioquia, pero desde muy pequeño, hace 20 años, se fue a vivir a Puerto Pinzón en Puerto Boyacá por lo que conoce el territorio como la palma de su mano.
Lleva trabajando tres años en ProAves, inicialmente, con labores puntuales, pero gracias a su pasión y excelente desempeño, se unió al equipo permanentemente para ser guardabosques de la Reserva ProAves El Paujil, ubicada en la Serranía de las Quinchas, entre los municipios de Puerto Boyacá (Boyacá), Bolívar y Cimitarra (Santander).
Elkin expresa que ha sido muy gratificante ver el cambio que ha tenido la Reserva, ya que años atrás era una finca ganadera, ahora es un lugar de conservación donde se ha vuelto a ver especies en peligro crítico de extinción, como el Paujil Pico Azul (Crax Alberti).
Un día laboral de Elkin empieza muy temprano en la mañana; alimentando a los paujiles y llenando los bebederos de los colibrís con agua y azúcar. Después realiza salidas de campo, mantenimiento a los senderos, patrullajes y monitoreos de aves. Los conteos de aves, registros o monitoreos son una actividad vital en la Reserva. “En estos días hemos estado registrando al Mono Araña, Marimonda del Magdalena o Choibo (Ateles hybridus), especie críticamente amenazada. Hemos podido grabar videos y tomarles fotos ya que han estado muy cerca a la cabaña de la Reserva, a 6 o 7 metros”, expresa Elkin.
Elkin siempre ha tenido un amor muy especial por la naturaleza y las aves, pero desde que empezó a trabajar con ProAves ha aprendido sobre muchas especies, cómo cuidarlas y, sobre todo, la importancia que tienen para nuestro planeta.
Ser guardabosques de la Reserva ProAves El Paujil le ha traído a Elkin muchos aprendizajes y conocimientos sobre el medio ambiente y sus especies. Sin embargo, dice que uno de los retos más grandes ha sido aprenderse los nombre científicos de las aves e identificarlas, pero que sigue trabajando arduamente para saber más sobre la conservación.
Una de las anécdotas más lindas que Elkin tiene trabajando con la Fundación ProAves es el encuentro de guardabosques. “Nos pudimos reunir con todos los compañeros, personas de todo lado, que uno distingue pero no conoce”, dice Elkin. Fue una experiencia muy gratificante porque en medio de diferentes actividades, se crearon lazos de fraternidad entre todo el equipo de ProAves.
ProAves agradece inmensamente a todos y cada uno de los guardabosques por su compromiso y gran labor; ellos son los guardianes y voces de nuestras Reservas. ¡Muchas gracias!