Viernes 30 de octubre de 2009.
El exitoso programa de ProAves, ha capacitado a 44 mujeres de cuatro poblaciones en el uso de recursos naturales, para fabricar artesanías como pulseras, collares, objetos pintados a mano, brazaletes bordados y separadores de libros.
ProAves vende los objetos terminados en las tiendas de sus reservas y en eventos, exhibiciones y encuentros ornitológicos a lo largo del mundo. El dinero va directamente a la comunidad generando ingresos y una actitud positiva hacia las reservas por parte de la población local.
La tagua, también conocida como nuez de marfil o marfil vegetal, es la semilla de la palma Phytelephas macrocarpa, que crece en los bosques húmedos tropicales, especialmente en Panamá, Colombia y Ecuador. (Fuente Wikipedia).
Los invitamos a conocer el proceso natural de la recolección de la Tagua:
Las semillas crecen en la base de la palma, están dentro de una morula bastante fuerte, de cada una salen aproximadamente 20 taguas, es difícil calcular cuantas morulas sirven por cada palma; pues en la misma palma puede haber hasta 10 morulas en diferentes estados de madurez.
La semilla debe estar completamente dura (gecha en lenguaje popular), para poder extraerla directamente de la palma.
Cuando se ha hecho la prueba se separa la morula de la base de la palma, después de tener varias recolectadas se procede a extraer cada una de las semillas de este caparazón, es necesario hacerlo con martillo por la dureza de la misma.
Existen otras formas de recolección de tagua, como recogerla del suelo cuando los animales que se alimentan de ella la han abandonado a lo largo del bosque. De esta manera la tagua ya se encuentra un poco más vieja y más difícil de procesar. Cuando la tagua es encontrada en el suelo esta cubierta por una dura capa muy difícil de quitar, se tiene que someter a un proceso adicional; de esta forma el valor comercial de la semilla es un poco más bajo.
Esta es una muestra de artesanías realizadas con Tagua.
Con el apoyo de American Bird Conservancy y Audubon Naturalist Society, ProAves está expandiendo su exitoso programa Mujeres por la Conservación, para ayudar a proteger cuatro de sus reservas naturales por medio de la promoción de oportunidades de negocio para las mujeres que viven en las comunidades rurales vecinas.
Gran parte de las comunidades locales son un reto para el manejo de las reservas porque a menudo se ven en la necesidad de talar el bosque para crear parcelas para cultivar, o para obtener madera para vender, o cazan la fauna silvestre. Las mujeres en particular carecen de oportunidades de trabajo y a menudo tienen que recurrir a la caza furtiva o al corte de madera para proveer de comida a sus familias.
ProAves también emplea personas de la comunidad como guardabosques, guías y asistentes de campo y para ayudar en las actividades de reforestación, todo lo cual termina beneficiando a la gente del lugar. También diseña programas de educación ambiental para integrar a los niños del lugar a los esfuerzos de conservación.
Con el apoyo de ABC y Audubon Naturalist Society, ProAves está expandiendo ahora el programa a otras comunidades, ayudando a aliviar la presión sobre los recursos naturales protegidos en sus reservas.