Desde la chiva, medio de transporte símbolo de la tradición del país, característico por sus figuras, colores y la capacidad de enfrentar cualquier adversidad geográfica se hizo posible llevar el mensaje de la conservación a los sitios más recónditos. “RanaChiva” fue el nombre que recibió esta estrategia de educación ambiental que visitó las zonas urbanas y rurales más alejadas con el propósito de enseñar sobre la conservación de 3 especies en peligro de extinción: la Rana Santandereana de Lynch (Hyloscirtus lynchi), el ave Chango Santandereano de Montaña (Macroagelaius subalaris) y el Roble Colombiano (Quercus humboldtii).
El audiovisual “Recorriendo los Caminos de la Conservación” es fruto de meses de trabajo y rodaje en diversas regiones, incluida la filmación en Suratá, Santander, un lugar reconocido por su rica biodiversidad y su valiosa tradición cultural. Este producto, realizado gracias a la colaboración entre ProAves Colombia y The Mohamed bin Zayed Species Conservation Fund, no solo resalta el esfuerzo de estas entidades por conservar especies como la rana de Lynch y el chango santandereano, sino que también muestra el impacto real de la educación ambiental en las comunidades.
A lo largo de estos dos años, la RanaChiva visitó 94 instituciones educativas e impactó a más de 27.000 personas, llevando educación ambiental a niños y jóvenes, especialmente en las regiones más apartadas. Para Adonaldo Quintero, conductor de la chiva y David Rodríguez, Educador Ambiental, cada viaje fue una experiencia inolvidable.
“Como conductor de la RanaChiva, he vivido algunas experiencias desafiantes. Para llegar a nuestros destinos, nos enfrentamos a vías muy difíciles, especialmente porque la chiva es un vehículo grande y las carreteras terciarias son estrechas y en mal estado. Lo más gratificante, sin embargo, es cuando llegamos a comunidades y escuelas alejadas, donde los niños reciben con gran entusiasmo la oportunidad de aprender sobre la conservación. Ver su alegría y saber que estamos transmitiendo el mensaje de cuidar la naturaleza es una experiencia única. ” Comenta Adonaldo Quintero
“Lo que más me ha gustado de la RanaChiva es la alegría en el corazón de los niños, eso es algo que te queda siempre y uno como profesor se carga el corazón con esa alegría, sus sonrisas, espontaneidad, las preguntas que hacen, las sorpresas, la miradas, las risas, las frases incluso, por ejemplo una niña me preguntó ¿profe sabes qué comen los colibríes? Y su respuesta fue: la dulzura de las flores. Estas frases te quedan como la poética de los niños, desde su forma de ver el mundo y lo que la RanaChiva les permite expresar en sus recorridos”. David Rodríguez, Educador Ambiental
Esta aula móvil continúa con su misión de sensibilización, tal como lo hizo en años anteriores el LoroBus, una estrategia que permitió educar sobre la conservación del Loro Orejiamarillo y la Palma de Cera. Hoy, la RanaChiva se transforma en la ReinitaChiva, enfocándose en la protección de las aves migratorias, que recorren miles de kilómetros buscando refugio y alimentos durante el invierno. Esta transformación resalta la continuidad del trabajo de conservación que ProAves lleva a cabo en todo el país.
Desde el documental “Recorriendo los caminos de la conservación”, ProAves busca inspirar a más personas a unirse al cuidado de las especies y ecosistemas que forman parte de la biodiversidad de nuestro país.
¡Juntos por la conservación en el país de las aves!
