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El “abuelo del bosque” de Anorí nos dijo adiós: la Magnolia coronata o Almanegra coronada marcó historia en la Reserva ProAves Arrierito Antioqueño

29 octubre, 2025

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En la Reserva ProAves Arrierito Antioqueño, en Anorí (Antioquia), uno de los árboles más emblemáticos y antiguos del bosque nos dijo adiós. Se trata de una Magnolia coronata, o Almanegra coronada,  considerada por los habitantes y cuidadores del territorio como un verdadero abuelo del bosque, por su imponente tamaño y por los años que llevaba enraizado en estas montañas.

La Magnolia coronata caída en la Reserva ProAves Arrierito Antioqueño, símbolo de vida y memoria en los bosques de Anorí.

El guardabosque Alexander Arango, fue quien reportó la caída del árbol. Según explicó, las fuertes lluvias de las últimas semanas y el estado de madurez de este gigante natural, habrían contribuido al colapso de su estructura. Aunque la pérdida de este ejemplar causa tristeza, su legado permanece en el ecosistema que ayudó a sostener durante décadas.

Las raíces del abuelo del bosque: testigos silenciosos de décadas de vida y equilibrio.

Esta Magnolia coronata es una especie endémica y CRÍTICAMENTE (CR), amenazada (UICN, 2025). Crece en los bosques andinos del departamento de Antioquia entre 1.800 y 2.500 metros de altitud. Sus flores y semillas juegan un papel vital en la polinización y dispersión de vida, al tiempo que ofrece refugio y alimento a aves, insectos y otros habitantes del bosque.

Las flores y semillas de la Magnolia coronata, esenciales para la polinización y dispersión de vida en los bosques andinos.

Esta Almanegra coronada, era un individuo inmenso, sobresalía del dosel del bosque, medía aproximadamente 32 metros de altura y 50 cms de grosor a la altura del pecho, crecía al lado de un nacimiento de agua en medio del bosque húmedo de la Reserva.

El guardabosque anotó en su cuaderno que “…el arrierito antioqueño (Lipaugus weberi), llegó a comer uno de sus frutos”, dejando ver cómo este árbol formaba parte activa del paisaje y la vida local. Como lo señala Ana María Rueda, coordinadora del proyecto de Magnolias en ProAves:





“Aunque la caída de este abuelo nos conmueve, también abre paso a la vida: la luz que ahora entra en el sotobosque permitirá que plántulas jóvenes de Magnolia coronata y otras especies nativas sigan creciendo, recordándonos que en el bosque nada se pierde, todo se transforma.”

Este suceso no es solo la despedida de un árbol, sino la reafirmación de la importancia de conservar y restaurar los bosques andinos, hogar de especies únicas y amenazadas. De acuerdo con la especialista en esta familia, la Doctora Marcela Serna,  (in IUCN, 2025), “la población de Magnolia coronata ha disminuido en más del 80% debido a la fragmentación de su hábitat original. Las subpoblaciones restantes son pequeñas y aisladas, y se componen principalmente de individuos adultos.

En la Reserva ProAves Arrierito Antioqueño, se continuarán con los esfuerzos de monitoreo y reforestación, honrando la memoria de este abuelo del bosque al cuidar a las nuevas generaciones de magnolias que brotan bajo su sombra.

Brotes de nuevas magnolias emergen donde el abuelo del bosque descansó: la vida siempre encuentra su camino.

Las imágenes captadas muestran la magnitud de este árbol caído y la vida que aún late a su alrededor, como un recordatorio que la naturaleza siempre encuentra caminos para renovarse.

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