
El ser humano tiene la facultad única de intervenir en el orden natural y dinámico que existe en el medio que lo rodea, con la capacidad de crear para sí mismo beneficios y comodidades, ocasionando como consecuencia profundas transformaciones que generan desequilibrios en el orden natural de los ecosistemas y la desaparición de las miles de especies que habitan en ellos y consigo pérdida de un legado invaluable que las generaciones venideras no disfrutaran.
Cuando en la actualidad los temas en tendencia son el calentamiento global, la escasez de agua, la contaminación ambiental, la deforestación, la minería destructiva, los derrames de petróleo y un sinnúmero de problemáticas ambientales, se convierte en lago de vital importancia que la comunidad tenga muy claros conocimientos sobre los tópicos que le permitan a cada individuo hacer parte de procesos de Educación Ambiental, siendo esta una oportunidad de formación, mediante el cual se busca que este se haga parte activa de la interacción entre la sociedad y los recursos naturales, a fin de que actúen de manera integrada y racional con su entorno.
Colombia ocupa el segundo lugar en biodiversidad y está entre las 12 naciones más megadiversas del planeta, es por esto que con los procesos educativos no solo se quiere lograr conocimiento, sino que cobra gran importancia la necesidad de crear un sentido de pertenencia en cada individuo que participe de esta instrucción, que se sientan orgullosos de su cultura y valore la biodiversidad de su región, para lograrlo los seres humanos deben conocer con lo que cuentan y así iniciar con el objetivo principal el cual es realizar acciones de conservación.
La Fundación ProAves de Colombia ha validado a través de varios años de trabajo en Educación ambiental, que esta representa un conjunto de estrategias efectivas y que son complementarias para todos los procesos de investigación y de conservación, a continuación se describen las que han sido llevadas a la comunidades ubicadas en las zonas de influencia de nuestras 28 Reservas Naturales:
Es una estrategia de educación ambiental en la que se hace un acompañamiento a las Sedes Educativas, al incorporar la dimensión ambiental en los planes de estudio y donde se involucra a los estudiantes, docentes y a los padres de familia, para que desde la educación formal, poder trabajar reflexiva, crítica y activamente los problemas ambientales que se presentan y ofrecer alternativas de conservación; para portar a la construcción de un concepto de ambiente, entendido como la relación naturaleza-sociedad, en el cual los estudiantes se sientan identificados e interesados en trabajar por el mejoramiento de dicha relación y promover escenarios de participación estudiantil en los que respecta a temas ambientales de interés para la institución educativa y la comunidad.
Adicionalmente, se implementó el programa “Escuelas Hermanas” que busca un intercambio cultural con otros países y crear un lazo de hermandad e con niños de otro país mediante el cambio de material lúdico como cartas, fotografías, dibujos, entre otros.
Son creados y apoyados por la Fundación ProAves e integrados por niños, niñas, jóvenes y adultos de diferentes regiones del país, en especial donde la fundación promueve y establece Áreas Protegidas.
Comprometidos con la protección de las especies que habitan su entorno, encargados de velar por el buen uso de sus recursos naturales, demostrando con sus actitudes el interés por la conservación.
Con estos grupos se promueve la transformación cultural para que los seres humanos asuman un compromiso desde niños, con el cuidado y protección del ambiente que les permita vivir en armonía con la naturaleza y contribuir a la conservación de los recursos naturales.
Participan en talleres Ecológicos, conferencias, salidas de observación de aves y de reconocimiento del entorno ambiental de cada región y de las especies que allí habitan, foros, festivales, campañas, charlas, de igual manera en procesos de reforestaciones con plantas nativas, apoyo a las actividades de investigación y conservación y demás eventos culturales programados por la Fundación ProAves y las Instituciones Municipales.
Generando y fomentando a través de estas actividades, dirigidas a niños, niñas, jóvenes y adultos el uso racional y amigable de los recursos naturales, cambios de actitud en la interacción del ser humano con su entorno natural, social, político, económico para una verdadera conciencia ambiental.
Este grupo ecológico está conformado por niños y niñas menores de seis (6) años.
Durante los primeros años de vida, los niños forman sus valores y crean actitudes frente a las diferentes situaciones que se les puedan presentar a lo largo de sus vidas, de ahí la importancia de la educación ambiental y su necesidad de inculcar el tema desde una edad temprana, conociendo la relación de respeto con naturaleza desde la lúdica y el juego.
Está conformado por niños y niñas de los 6 a los 12 años.
Busca a través de actividades extracurriculares y lúdicas, entregarles a los niños y niñas información para que adquieran mayores conocimientos sobre las aves silvestres y su hábitat, aportando al aprovechamiento adecuado del tiempo libre.
Son jóvenes de los 13 a los 25 años, que cuentan con un gran interés en las prioridades temáticas del grupo, adquiriendo habilidades críticas, argumentativas y científicas necesarias para la formación de líderes en los procesos participativos y sociales de su comunidad. Aprenden sobre la biodiversidad de su región y se interesan por su estudio, conservación y preservación y se involucran en las actividades de investigación y conservación.
Conformado por hombres y mujeres mayores de 27 años, con un gran sentido de liderazgo, interesados por temas ambientales, protección de los recursos naturales y que promuevan la conservación, investigación y educación ambiental en su región.
Este grupo cuenta con la figura de un comité para cada región y serán los encargados de apoyar los proyectos y actividades desarrolladas, como en la promoción y liderazgo de las mesas ambientales y culturales de la región.
Es un programa del Ministerio de Educación el cual reglamenta que los estudiantes del grado 10º y 11º deben cumplir con 80 horas de servicio social con la comunidad; durante este periodo cada estudiante debe brindar apoyo a aquellas organizaciones sociales que así lo requiera, con el fin de fomentar en ellos su actitud de servicio hacia su comunidad.
Los jóvenes de servicio social deben ser personas interesadas en la conservación de sus recursos naturales y con un gran sentido de apropiación por su entorno, además de tener un compromiso y pasión por el servicio a la comunidad.
Busca sensibilizar a la comunidad en general para que en la época de navidad asuma una actitud de respeto y conservación por la naturaleza a través de acciones de consumo sostenibles y responsables en las diferentes celebraciones decembrinas, disminuyendo el impacto negativo sobre el ambiente.