En el corazón de uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta, la Reserva ProAves El Dorado ha dado un nuevo paso en su compromiso con la conservación ambiental. En los últimos días fue incorporado oficialmente a las operaciones de la Reserva un vehículo eléctrico multipropósito, una herramienta clave para mejorar la logística de conservación y ofrecer una experiencia más sostenible.
Este nuevo vehículo completamente eléctrico, permitirá realizar recorridos internos en la Reserva de forma silenciosa, eficiente y sin emisiones contaminantes. Se trata de una solución amigable con el entorno, diseñada para minimizar el impacto sobre las especies que habitan esta región única, especialmente aves endémicas y otros animales sensibles al ruido y a la contaminación del aire.
La Reserva ProAves El Dorado, ubicada en la Cuchilla de San Lorenzo en la Sierra Nevada de Santa Marta, alberga cerca de 420 especies de aves, incluyendo al emblemático Periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata) y el atrapamoscas de Santa Marta (Myiotheretes pernix). Además, es hogar de varias especies endémicas de anfibios, mamíferos y plantas que dependen de ecosistemas altamente frágiles.
En línea con su compromiso por proteger este valioso patrimonio natural, la Reserva ProAves El Dorado le apuesta a mejorar las condiciones de transporte, al tiempo que fortalece la logística interna mediante el traslado eficiente de materiales, equipos fotográficos, provisiones y equipos científicos.
La decisión de incorporar tecnología eléctrica no solo mejora la infraestructura operativa de la Reserva, sino que también fortalece el enfoque de desarrollar acciones de conservación de una manera responsable con el ambiente. Este paso se suma a otras acciones de sostenibilidad como la reforestación activa, el uso de energías limpias desde el uso de paneles solares y la protección del hábitat de especies amenazadas.
Con iniciativas como esta, la Reserva ProAves El Dorado continúa consolidándose como un modelo ejemplar de conservación en Colombia y América Latina. La incorporación de soluciones sostenibles a su operación cotidiana demuestra que es posible armonizar la protección del patrimonio natural con el desarrollo de experiencias responsables y transformadoras. Cada paso hacia una gestión más limpia y consciente fortalece no solo el ecosistema local, sino también la esperanza de un futuro en equilibrio entre el ser humano y la naturaleza.
