En respuesta a la urgente necesidad de conservar al Paujil de Pico Azul (Crax alberti), una de las aves más amenazadas de Colombia, la Fundación ProAves llevó a cabo el encuentro nacional para la construcción de su Plan de Acción, con el objetivo de prevenir la pérdida de esta especie endémica y categorizada en peligro crítico de extinción.
La jornada se desarrolló en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras – INVEMAR, en Santa Marta, y reunió a representantes de instituciones clave del país, entre ellas: ASOCARS, Conservación Internacional, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, representantes de las Corporaciones Autónomas Regionales, autoridades ambientales, representantes de Parques Nacionales, asociaciones ornitológicas, miembros de la comunidad científica y académica y otros actores estratégicos.
Durante el espacio se socializaron los principales avances en investigación, monitoreo y conservación de la especie, se identificaron amenazas prioritarias y se concertaron acciones estratégicas que servirán de base para el diseño de su plan de acción. Este proceso busca articular esfuerzos institucionales, académicos y comunitarios a nivel nacional e internacional para enfrentar la grave situación del Crax alberti.
“Este encuentro nos reafirma la urgencia y la importancia de unir esfuerzos para salvar al Paujil de Pico Azul. Aunque hemos avanzado en la protección y monitoreo, la amenaza sigue siendo grave y requiere una acción coordinada, decidida y constante. Solo trabajando juntos, institucional, comunitaria y científicamente, podremos garantizar un futuro para esta especie endémica y en peligro crítico”, señaló Kruzi Paloma Carrillo León, Directora Ejecutiva de la Fundación ProAves.
Una situación crítica y acelerada
De acuerdo con el artículo reciente publicado en nuestra revista Conservación Colombiana, en los últimos 25 años el Paujil de Pico Azul ha perdido el 92,8% de su hábitat natural, pasando de una distribución estimada de 12.003 km² en 1999 a solo 1.150 km² en 2024. Este drástico descenso se debe principalmente a la deforestación, la fragmentación del bosque y la caza indiscriminada.
La especie, endémica de los bosques húmedos del norte y noroccidente de Colombia, está clasificada como En Peligro Crítico (CR) por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Según las últimas estimaciones, su población silvestre cuenta con alrededor de 1.000 individuos adultos, lo que representa una disminución superior al 95%.
Aunque desde la creación de la Reserva ProAves El Paujil en 2004 se han liderado esfuerzos de protección del hábitat, monitoreo poblacional y educación ambiental en la región, la acelerada pérdida de cobertura boscosa y la presión por cacería continúan poniendo en riesgo su supervivencia.
“Crax alberti es quizá la especie de ave más icónica de Colombia, reconocida por las comunidades Zenúes desde el 200 al 900 a.c. Lamentablemente, es también la que más hábitat ha perdido: cerca del 92,8 % de su distribución original”. Indicó Alex Cortés, Director de Investigación de ProAves.
Ciencia, territorio y compromiso conjunto
Durante la jornada también se realizaron mesas de trabajo temáticas y regionales que permitieron identificar acciones concretas en seis ejes estratégicos: Protección y gestión del hábitat; Políticas e instrumentos de gestión; Investigación y monitoreo; Acciones contra la cacería y el comercio Ilegal; Mejora de programas de cría en cautiverio y reintroducción, además, Participación comunitaria y educación.
Los aportes de los participantes —representando distintas regiones del país donde aún se encuentra la especie, como Magdalena, Antioquia, Bolívar, Santander y Boyacá— serán clave para la estructuración final del Plan de Acción Nacional del Paujil de Pico Azul, una hoja de ruta que busca frenar su extinción mediante una visión integral y territorial.
Desde la Fundación ProAves reafirmamos nuestro compromiso con la conservación de esta especie única y con la construcción colectiva de soluciones que garanticen la protección de su hábitat y su permanencia en los bosques colombianos.