Las guacamayas, pertenecientes al género de aves de la familia Psittacidae, son muy llamativas por su tamaño y su color, lo que ha ocasionado que sean objeto de comercio, actividad que en muchos casos implica su muerte. Adicionalmente, la deforestación ha tenido un gran impacto en la especie debido a que se alimentan principalmente de semillas por lo que dependen de la existencia de muchas especies de árboles, asimismo, necesitan palmas huecas en el bosque para poder anidar y reproducirse.

En Colombia existen seis especies de guacamayas, las cuales se distribuyen principalmente en los bosques secos y húmedos tropicales de todo el país, excepto la Ara ambiguus que solo habita en el Chocó. Todas ellas han sufrido disminuciones drásticas de sus poblaciones debido a la destrucción y fragmentación de los bosques, y a la cacería ilegal para el comercio de mascotas. 

En las Reservas ProAves se vienen conservando poblaciones de las seis especies.