En 2009 el rio Ñambí sufrió un duro golpe ambiental a consecuencia de la explotación ilegal de crudo que se presentaba en el oleoducto que pasa por predios de la Reserva El Pangan. Hoy, gracias a nuestra denuncia, al trabajo conjunto con Ecopetrol, a la identificación de zonas críticas y a la disposición de dos gusardabosques por parte de ProAves, es evidente la recuperación del río generando el regreso de especies asociadas a esta importante fuente hídrica
La Reserva Natural de las Aves el Pangan se encuentra ubicada en el corregimiento de Junín, municipio de Barbacoas, Nariño; fue establecida en el 2002 con el interés de conservar los bosques del sur del país, en las estribaciones del Nudo de los Pastos en la cuenca del río Nambí, afluente del río Telembí.
En el 2009, la fundación ProAves presentó una grave denuncia relacionada a la actuación irresponsable de personas inescrupulosas que perforaron el oleoducto de la Empresa de Petróleos de Colombia, Ecopetrol y que atraviesa la Reserva, con el propósito de extraer crudo por medio de válvulas ilegales y caseras, las consecuencias fueron catastróficas para el ecosistema debido a que los residuos resultado de la extracción ilegal fueron vertidos a las fuentes hídricas; en su momento, se calculó que más de cien mil galones de petróleo habían fluido a través de pequeños cuerpos de agua y nacimientos hacia el rio Nambí causando un fuerte impacto ambiental desencadenando la muerte masiva de la flora y la fauna única de la región.
Hoy, gracias a la vigilancia a través de recorridos permanentes realizados por dos guardabosques en los puntos críticos del oleoducto y al reporte oportuno a las autoridades estatales con jurisdicción en la zona, hemos logrado evitar más derrames y, en consecuencia, las fuentes hídricas y por ende el rio Ñambi han venido recuperándose satisfactoriamente, es alentador comprobar que gran parte de las especies que se habían desplazado durante la época de los derrames han regresado.
Así mismo, por más de 12 años, la fundación ProAves ha realizado actividades de socialización con las comunidades aledañas para evitar otros flagelos como la extracción de madera, la cacería y otras actividades que atenten contra esta espectacular reserva natural, hábitat de especies tan importantes como la Rana venenosa (Dendrobates histrionicus), el Oso de Anteojos (Tremarctos ornatos) y el Halcón Montés de Munchique (Micrastur plumbeus) entre muchas otras.