Fundación ProAves – por la conservación en el país de las aves

Protejamos nuestra biodiversidad ¡Dile no al tráfico ilegal de especies!

28 febrero, 2024

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En los últimos meses los medios de comunicación dieron a conocer la noticia del tráfico de 130 individuos de la Rana (Oophaga sylvatica), por parte de una mujer capturada en el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, especies que iban a ser transportados hacia la ciudad de São Paulo en Brasil y que ponen en riesgo la riqueza en biodiversidad con la que cuenta nuestro país.

Tristemente el tráfico ilegal de especies es una de las causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, además, es considerado el cuarto delito que más dinero mueve a nivel global según las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Así, con el paso del tiempo, el trabajo de sensibilización para que el ser humano deje de traficarlas se hace más urgente con el fin de evitar su extinción. 

La rana kiki (Oophaga sylvatica) es una especie de rana veneno de dardo también conocida como Diablito Colorado que se distribuye en los bosques húmedos tropicales de la región sur del pacífico en los departamentos del Cauca y Nariño al suroeste de Colombia y en el noroeste de Ecuador. Hace parte del grupo Dendrobatidae (ranas venenosas) y es una de las 7 especies de ranas del género Oophaga para nuestro país.

ProAves, que ha realizado labores de conservación de la biodiversidad durante más de 25 años, también ha adelantado acciones para proteger los anfibios. Actualmente, en las Reserva ProAves El Pangán y Ranita Terribilis, ubicadas respectivamente en los departamentos de Nariño y Cauca, se alcanzan a reconocer 7 diferentes morfos de Oophaga sylvatica (5 en El Pangán y 2 en Ranita Terribilis).

Esta rana al igual que la gran mayoría de anfibios en Colombia presentan graves amenazas para su supervivencia por la continua fragmentación de su hábitat, el envenenamiento de afluentes hídricos por minería, agrotóxicos y agua negras. Sumado a lo anterior, estas impresionantes ranas que se destacan por sus colores aposemáticos, son afectadas por el hongo quítrido o Bd (Batrachochytrium dendrobatidis) que ataca la piel de estos anfibios.

Además de esta cantidad de riesgos, estos individuos son colectados y comercializados por manos inescrupulosas que los sacan de sus hábitats y los llevan al borde de la extinción. Es el caso de páginas como Terraristik.com y Seshop.es.tl que se dedican a la comercialización de especies y ofrecen entre 250 € y 350 € que corresponden a más de 1 millón de pesos por individuo. Según Juan Carlos Arévalo, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá, los coleccionistas llegan a pagar hasta 1.000 dólares por individuo. 

Lamentablemente, además de los anfibios, especies de suma importancia como el tití cabeciblanco, las tortugas marinas, el delfín rosado, el mono de anteojos, entre otros, son los más comunes en estas prácticas de comercialización que ponen en riesgo la biodiversidad.

La riqueza en fauna y flora de nuestro país es de suma importancia, conservarla requiere de acciones desde la educación ambiental y la  investigación que permitan generar conciencia sobre  la necesidad de proteger estos individuos que le dan valor a Colombia con su sorprendente belleza.

¡Únete a nuestras acciones de conservación!
No al tráfico ilegal de especies