Fundación ProAves – por la conservación en el país de las aves

Una nueva esperanza para la rana más venenosa del mundo

16 agosto, 2021

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Localizada al occidente del departamento del Cauca, a orillas del imponente río Timbiquí, se levanta una de las áreas más importantes en la Costa Pacífica caucana para la conservación de la naturaleza, la Reserva ProAves Ranita Terribilis; establecida en el año 2008 por la Fundación ProAves para proteger poblaciones del anfibio más venenoso del mundo, Phyllobates terribilis.

La Rana Kokoi ejua, denominada así por el pueblo ancestral Eperara Siapidara, es una especie de anfibio que pertenece a la familia Dendrobatidae en la cual se encuentran varias especies de ranas venenosas y endémicas de Centro y Suramérica que son reconocidas como ranas puntas de flecha debido a que antiguamente las tribus indígenas usaron su veneno para cazar animales, untando la punta del dardo en el dorso del animal.

La distribución de la rana dardo dorada, considerada una especie endémica de Colombia, se restringe únicamente al departamento del Cauca. Pero la familia Dendrobatidae, al cual pertenece este anfibio, se encuentra presente en toda la región biogeográfica del chocó, desde el departamento del Chocó en Colombia, hasta la provincia de Manabí en Ecuador. 

Dentro de la numerosa familia de Dendrobátidos, la rana Kokoi euja es relativamente grande, puesto que los individuos adultos pueden alcanzar entre 5 y 5.5 centímetros. Todo el grupo de ranas venenosas se destacan, principalmente, por diferentes patrones de coloración aposemática en la piel, un tipo de pigmentación que normalmente suele estar relacionada con la toxicidad del animal y funciona como una señal de alerta ante cualquier depredador. A pesar de su nombre no todas las ranas dardo dorado son de ese color y existen tres morfos distintos en la región.

Protegiendo el hogar del anfibio más venenoso del planeta

La Reserva ProAves Ranita Terribilis alberga 2 de los 3 morfos presentes en la región, por lo que desde hace varios años se instalaron en el área protegida tapas de cocos vacías, con el propósito de que sean utilizadas por las ranitas para depositar sus crías, ayudando así a la reproducción de la especie; por eso una de las labores más importantes de nuestro equipo de trabajo dentro de la Reserva Natural es el monitoreo diario de las poblaciones de Phyllobates terribilis.

Phyllobates terribilis está catalogada como una especie en peligro de extinción, de acuerdo con la lista roja de la UICN, a pesar de contar con un poderoso sistema de defensa contra sus depredadores. La supervivencia de este anfibio está principalmente amenazada por la interferencia del hombre en su hábitat debido a la caza captura y deforestación. El tráfico ilegal de fauna silvestre en muchos sitios ha llegado a causar un enorme daño en las poblaciones llevándolos a la extinción.

EL HÁBITAT DE UNO DE LOS ANIMALES MÁS MORTALES DEL MUNDO

En su hábitat natural estas ranas son de hábitos diurnos, suelen buscar alimento principalmente en las mañanas y al inicio de la tarde. Se trata de un animal carnívoro, cuya dieta consiste en insectos, principalmente hormigas de las familias Brachymyrmex y Paratrechina. Aunque también atrapan grillos, orugas, moscas, cucarachas, escarabajos, entre otros insectos.

Actualmente muchos especialistas suponen que la altísima toxicidad de la rana dardo dorada se debe al elevado consumo de una pequeña especie de escarabajo, que además de producir el ácido fórmico, también sería capaz de sintetizar la Batracotoxina, por lo que su presencia en la dieta de estos anfibios permite potencializar su toxicidad. 

Sin embargo, esta hipótesis aún no ha sido confirmada. Dentro de la misma área protegida se destaca una de las hormigas más temidas por los lugareños, se trata de la Paraponera clavata, conocida localmente como Konga. Se dice que el dolor que produce la picadura de este insecto es superior que el de cualquier otro Himenóptero y está clasificado como el más doloroso, según el índice Schmidt de dolor por picadura. Es posible que la rana Kokoi haya incluido en su dieta este tipo de hormigas, convirtiéndolo en el anfibio más venenoso del planeta, tanto que el veneno de una sola rana sería suficiente para matar 10 personas.

Agradecemos a World Land Trust (WLT) y American Bird Conservancy (ABC) por ayudarnos a proteger y conservar el anfibio más venenoso del mundo, Phyllobates terribilis.