Fundación ProAves – por la conservación en el país de las aves

Carlos Ernesto López, protector de la Reserva

Ernesto, guardabosques de la Reserva ProAves El Pangán, nació en El Pinde, un pueblo cerca de Tumaco en el departamento de Nariño. Ernesto comenzó a trabajar en la Fundación ProAves en el 2010 y desde ese momento su vida dio un giro de 180 grados, al pasar de aserrar madera a dedicarse a la conservación. 

“Me duele mucho cuando la gente tumba el monte o hay derramamiento de crudo en el río, porque mata los peces y otros animales, y la gente no puede pescar”, dice Ernesto. 

Es evidente el amor que tiene Ernesto por la naturaleza, pues no permite que nadie entre a la Reserva a talar o cazar. Él, armado de valor y pasión por su trabajo, se ha convertido en el guardián de la Reserva. 

Sin embargo, Ernesto cuenta que ha tenido experiencias difíciles, como la vez que lo picó una serpiente, “yo pensé que me iba a morir, pero agradezco a la Fundación porque estuvo muy pendiente y me dio todo lo que necesitaba”, expresa Ernesto. 

El día a día para este héroe de la conservación no es muy diferente al de otros guardabosques, echar machete, empalizar caminos, hacer puentes y monitorear las aves, hacen parte de su jornada. Comenta Ernesto que uno de los trabajos más duros que le ha tocado en la Reserva, fue cuando le tocó recuperar un camino que estaba perdido desde hace muchos años, porque se demoró, junto a otros empleados, más de un mes para limpiarlo.

Ernesto es otro Héroe de la conservación y por eso la Fundación ProAves quiere hacerle un homenaje en el mes de los guardabosques.