Fundación ProAves – por la conservación en el país de las aves

Rubén Darío Sanguino, encontró en la Reserva su segundo hogar

23 julio, 2020

Rubén Darío Sanguino Arciniegas es el guardabosques de la Reserva ProAves El Dorado, la cual se encuentra situada sobre la Cuchilla de San Lorenzo, en el sector occidental de la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el corregimiento de Minca.

Desde hace aproximadamente 18 meses la vida de este samario se ha transformado para el bien de la Reserva y del cuidado de las aves. Como guardabosques ha logrado comprender que su dedicación a la familia se puede ver reflejada en otros hábitats diferente a la concebida desde niño. En su ahora, El Dorado, es su segundo hogar. 

Tiempo atrás, Rubén se dedicaba a las labores del campo, y el tema de la conservación no se visualizaba en su futuro de vida, dice, no sabía nada para ese momento de la necesidad de ser cuidadosos con la fauna y la flora de la Reserva. ¡El cuidado de su padre era en cierta medida, lo más importante para él! “Antes tiraba rula, trabajaba para mis necesidades y la protección de mi papá”.

Y es ese sentido de protección familiar y de dedicación hacia el otro, lo que le permitió a Rubén comprender, en tan solo 18 meses, que la conservación es una muestra de unión familiar. “En la casa no les prestaba atención a esos cuidados, y todo el amor que ahora le tengo a la naturaleza y a los animales lo aprendí desde que ingresé a la Fundación”.

Cuando habla de la Reserva lo hace con fortaleza y emocionalidad, sentimientos que siempre están conectados por la familiaridad. “Me gusta mucho estar compartiendo entre todos al lado de la laguna y observando a los periquitos (Pyrrhura viridicata)”.

A Rubén el ser guardabosques le ha permitido fomentar en su familia y en su entorno el cuidado de la naturaleza. “Creamos consciencia de todo, enseñamos a nuestros hijos la importancia de la conservación, el cuidado de los ecosistemas, las aves y otras especies, además, de la alegría de crecer en una Reserva sin ningún problema”.

Su mayor reto es cuidar toda la Reserva, especialmente los linderos. Lo anterior, más el observar las aves alrededor, más que sus quehaceres diarios, son su mejor pasatiempo.

ProAves agradece inmensamente a todos y cada uno de los guardabosques por su compromiso y gran labor; ellos son los guardianes y voces de nuestras Reservas ¡Muchas gracias!